FRENTE A LA TORMENTA
Cuando alguien desde la tierra vea un águila, volando directamente hacia un temible frente de tormenta, podría pensar en la "tonta" decisión del animal, que no huye del fenómeno. Sin embargo desde la altura, la realidad del águila es muy distinta. Ella sabe que lo mejor que puede hacer es no dejarse perseguir por las nubes amenazantes. Muy por el contrario, sabe que si la enfrenta, la corriente ascendente generada por el mismo viento la empujará hacia arriba y, luego de soportar durante un centenar de metros el torbellino y la oscuridad de las nubes, por fin saldrá al cielo despejado, verá el sol y habrá dejado la temible tormenta a sus pies...
De la misma manera, cuando nos veamos amenazados por un problema, lejos de tratar de huir temporalmente, en cuyo caso seremos perseguidos constantemente por él, podemos elegir enfrentarlo desplegando nuestras alas, tomando conciencia de nuestra grandeza, de todo nuestro potencial y de nuestras capacidades reales...
Cuanto mayor sea el problema, más necesitamos desplegarnos para enfrentar las circunstancias, teniendo confianza en que nosotros podremos soportar los momentos tumultuosos, convencidos de que el sol y la claridad nos estarán esperando más adelante.
El ave canta, aunque la rama cruja, porque conoce lo que son sus alas. De la misma manera, cuando el águila afronta los momentos culminantes de su vida, cuando avizora el final de su existencia, lejos de amedrentarse, de recluirse o de encerrarse en si misma, realiza el mayor de los esfuerzos de toda su vida al desplegar sus alas de tal manera que la sombra que produzca, sea la mayor jamás vista. De esta manera produce una aerodinamia que la eleva hasta las mayores alturas, donde encontrará el lugar que ella misma elige para su muerte.
La última imagen que puedas tener de un águila siempre será la de la majestuosidad de su figura con sus alas extendidas al máximo.
Los obstáculos no tienen por qué frenarte. Si corres y encuentras una pared, no retrocedas ni te rindas: imagínate cómo treparla o cómo atravesarla, o si no, cómo convertirla en tu fortaleza y trabajar con ella ahí.
¿Te das cuenta ahora por que el águila ha sido elegida como símbolo del éxito? Tan solo por la actitud con la que enfrenta su vida. En tiempos calmos la vemos planear en redondo aprovechando las corrientes ascendentes y disfrutando de todo lo que tiene a mano, y en tiempos tormentosos enfrentando la situación con toda su majestuosidad.
En tiempos tranquilos ¿aprovechas la corriente y fluyes hacia donde ella te lleva? ¿Disfrutas de lo que tienes disponible?
En tiempos tormentosos ¿tienes confianza en ti mismo que encontrarás la manera de atravesar el vendaval? ¿Le haces frente a los vientos, o te encierras pensando que este no es un buen momento y lo dejas para después?
Frente a los problemas ¿te confundes pensando que tú eres el problema y te cuesta conectarte con lo que tu vales? ¿Se colapsa tu ser con lo que te pasa o puedes ponerte en contacto con tu máximo potencial para hacer frente a lo que sucede
De la misma manera, cuando nos veamos amenazados por un problema, lejos de tratar de huir temporalmente, en cuyo caso seremos perseguidos constantemente por él, podemos elegir enfrentarlo desplegando nuestras alas, tomando conciencia de nuestra grandeza, de todo nuestro potencial y de nuestras capacidades reales...
Cuanto mayor sea el problema, más necesitamos desplegarnos para enfrentar las circunstancias, teniendo confianza en que nosotros podremos soportar los momentos tumultuosos, convencidos de que el sol y la claridad nos estarán esperando más adelante.
El ave canta, aunque la rama cruja, porque conoce lo que son sus alas. De la misma manera, cuando el águila afronta los momentos culminantes de su vida, cuando avizora el final de su existencia, lejos de amedrentarse, de recluirse o de encerrarse en si misma, realiza el mayor de los esfuerzos de toda su vida al desplegar sus alas de tal manera que la sombra que produzca, sea la mayor jamás vista. De esta manera produce una aerodinamia que la eleva hasta las mayores alturas, donde encontrará el lugar que ella misma elige para su muerte.
La última imagen que puedas tener de un águila siempre será la de la majestuosidad de su figura con sus alas extendidas al máximo.
Los obstáculos no tienen por qué frenarte. Si corres y encuentras una pared, no retrocedas ni te rindas: imagínate cómo treparla o cómo atravesarla, o si no, cómo convertirla en tu fortaleza y trabajar con ella ahí.
¿Te das cuenta ahora por que el águila ha sido elegida como símbolo del éxito? Tan solo por la actitud con la que enfrenta su vida. En tiempos calmos la vemos planear en redondo aprovechando las corrientes ascendentes y disfrutando de todo lo que tiene a mano, y en tiempos tormentosos enfrentando la situación con toda su majestuosidad.
En tiempos tranquilos ¿aprovechas la corriente y fluyes hacia donde ella te lleva? ¿Disfrutas de lo que tienes disponible?
En tiempos tormentosos ¿tienes confianza en ti mismo que encontrarás la manera de atravesar el vendaval? ¿Le haces frente a los vientos, o te encierras pensando que este no es un buen momento y lo dejas para después?
Frente a los problemas ¿te confundes pensando que tú eres el problema y te cuesta conectarte con lo que tu vales? ¿Se colapsa tu ser con lo que te pasa o puedes ponerte en contacto con tu máximo potencial para hacer frente a lo que sucede
1 Comentarios:
De hecho, en este momento de mi vida, lo estoy experimentando... gracias por siempre colocar este tipo de articulos que me animan a seguir adelante y saber que no solo soy una optimista empedernida sin causa... No sabes el bien que me haces y las lagrimas que me has hecho botar esta semana (limpieza del alma)
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