La Ternura
La ternura...
Ser tiernos es ser suaves,
blandos, delicados, cálidos, amorosos.
La ternura es lo contrario de dureza, de inflexibilidad.
Quienes se atrincheran en la dureza,
se privan de la hermosa oportunidad de dar y recibir afecto.
La ternura atrae, encanta, afirma, fortalece.
La ternura se regala en la mirada,
en el tono empleado para solicitar un favor, en el saludo,
en la manera de estrechar una mano
y hasta en la forma de dirigirnos a la persona que nos atiende
en el restaurante.
La ternura es privilegio de aquellos
que se atreven a abrir el corazón,
de aquellos que no temen ser vulnerables;
por eso es patrimonio de las almas claras.
Los niños educados con amor son casi siempre tiernos,
al igual que las personas de edad avanzada
que han vivido activa y plenamente.
Siempre he pensado que uno de los ingredientes del amor
es una sustancia llamada ternura.
Una buena dosis de ella
le da una dimensión más amplia y significativa al encuentro amoroso.
La ternura y la pasión forman una mezcla
que nutre, refresca y renueva la relación entre las personas que se aman.
La pasión se extingue fácilmente,
en tanto que la ternura depende menos de fluctuaciones anímicas, sobrevive al envejecimiento del cuerpo y le da juventud al alma.
La ternura es una cualidad
que puede ser cultivada y mejorada conscientemente.
Ser tiernos es una determinación que podemos tomar
y una decisión que implica riesgos;
es decidirnos a amar y ofrendarnos sin recelos ni temores.
(Desconozco el autor) enviado por mi amiga Diana
Ser tiernos es ser suaves,
blandos, delicados, cálidos, amorosos.
La ternura es lo contrario de dureza, de inflexibilidad.
Quienes se atrincheran en la dureza,
se privan de la hermosa oportunidad de dar y recibir afecto.
La ternura atrae, encanta, afirma, fortalece.
La ternura se regala en la mirada,
en el tono empleado para solicitar un favor, en el saludo,
en la manera de estrechar una mano
y hasta en la forma de dirigirnos a la persona que nos atiende
en el restaurante.
La ternura es privilegio de aquellos
que se atreven a abrir el corazón,
de aquellos que no temen ser vulnerables;
por eso es patrimonio de las almas claras.
Los niños educados con amor son casi siempre tiernos,
al igual que las personas de edad avanzada
que han vivido activa y plenamente.
Siempre he pensado que uno de los ingredientes del amor
es una sustancia llamada ternura.
Una buena dosis de ella
le da una dimensión más amplia y significativa al encuentro amoroso.
La ternura y la pasión forman una mezcla
que nutre, refresca y renueva la relación entre las personas que se aman.
La pasión se extingue fácilmente,
en tanto que la ternura depende menos de fluctuaciones anímicas, sobrevive al envejecimiento del cuerpo y le da juventud al alma.
La ternura es una cualidad
que puede ser cultivada y mejorada conscientemente.
Ser tiernos es una determinación que podemos tomar
y una decisión que implica riesgos;
es decidirnos a amar y ofrendarnos sin recelos ni temores.
(Desconozco el autor) enviado por mi amiga Diana
1 Comentarios:
Gus que bonito escrito has puesto,en verdad te hace pensar,espero que te encuentres bien,dime por fin te fuistes a vzla.? Si es asi mucha suerte .
Un cordial saludo
Ysa
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