Seres Extraños
Esta mañana, ojeando las noticias y los artículos de opinión sobre la inminente beatificación de 498 mártires de la persecución religiosa, me he encontrado sin darme cuenta tarareando aquella canción de Ketama: «No estamos lokos, que sabemos lo que queremos….»
Algunos no entienden que la Iglesia proponga, sin resultar ofensivo, a estos sacerdotes y religiosos como modelo heroico que ofrece su vida hasta el martirio, por «creer en Cristo, anunciar el Evangelio y llevar al pueblo por el camino de la salvación», perdonando a sus verdugos atiborrados de violencia, odio y resentimiento. Es más, dudan de que la fecha elegida para ello sea pura coincidencia con la aprobación de la grotesca Ley de la Memoria Histórica. De tal manera que todos aquellos que creen que Dios es un ser lejano, inaccesible, anticuado; que la Iglesia es autoritaria y dominadora de las reglas morales de sus «adeptos»; que los líderes religiosos polemizan y jalean a sus feligreses contra las políticas educativas, sanitarias y culturales «progresistas», … llegan a confundir el ideal religioso con el político.
Pero no se dan cuenta que los cristianos somos seres extraños, como decía un amigo mío hace tan solo unos días. «El cristiano, me decía, siente un amor supremo por alguien a quien no ha visto nunca; habla todos los días, con toda familiaridad, con un ser a quien no puede ver; espera ir al cielo gracias a la virtud de otro; se vacía a sí mismo para poder llenarse; baja si quiere subir, cae para así levantarse; es más fuerte cuando más débil es; es más rico cuanto más pobre; muere para vivir; renuncia para tener; se desprende para guardar; ve lo invisible; oye lo inaudible; y conoce lo incognoscible. Así es la vida de un cristiano». Y, pensándolo bien, tiene más razón que un santo.
«La sangre de los mártires es siempre semilla de nuevos cristianos» decía Tertuliano al recordar las persecuciones de los primeros cristianos. Y, hoy, como hicieron nuestros predecesores, ejemplo sincero de coherencia de vida para creyentes y no creyentes, los que defendemos nuestras normas morales y nuestra fe ante las más burdas censuras y vejaciones de las que somos objeto, agradecemos a la Iglesia que nos presente ejemplos de personas que, con su entrega y servicio, han llenado este mundo de justicia y amor. La Justicia y el Amor de Dios, claro.
Escrito por: Remedios Falaguera Silla
Publicado por conoze - http://www.conoze.com
Algunos no entienden que la Iglesia proponga, sin resultar ofensivo, a estos sacerdotes y religiosos como modelo heroico que ofrece su vida hasta el martirio, por «creer en Cristo, anunciar el Evangelio y llevar al pueblo por el camino de la salvación», perdonando a sus verdugos atiborrados de violencia, odio y resentimiento. Es más, dudan de que la fecha elegida para ello sea pura coincidencia con la aprobación de la grotesca Ley de la Memoria Histórica. De tal manera que todos aquellos que creen que Dios es un ser lejano, inaccesible, anticuado; que la Iglesia es autoritaria y dominadora de las reglas morales de sus «adeptos»; que los líderes religiosos polemizan y jalean a sus feligreses contra las políticas educativas, sanitarias y culturales «progresistas», … llegan a confundir el ideal religioso con el político.
Pero no se dan cuenta que los cristianos somos seres extraños, como decía un amigo mío hace tan solo unos días. «El cristiano, me decía, siente un amor supremo por alguien a quien no ha visto nunca; habla todos los días, con toda familiaridad, con un ser a quien no puede ver; espera ir al cielo gracias a la virtud de otro; se vacía a sí mismo para poder llenarse; baja si quiere subir, cae para así levantarse; es más fuerte cuando más débil es; es más rico cuanto más pobre; muere para vivir; renuncia para tener; se desprende para guardar; ve lo invisible; oye lo inaudible; y conoce lo incognoscible. Así es la vida de un cristiano». Y, pensándolo bien, tiene más razón que un santo.
«La sangre de los mártires es siempre semilla de nuevos cristianos» decía Tertuliano al recordar las persecuciones de los primeros cristianos. Y, hoy, como hicieron nuestros predecesores, ejemplo sincero de coherencia de vida para creyentes y no creyentes, los que defendemos nuestras normas morales y nuestra fe ante las más burdas censuras y vejaciones de las que somos objeto, agradecemos a la Iglesia que nos presente ejemplos de personas que, con su entrega y servicio, han llenado este mundo de justicia y amor. La Justicia y el Amor de Dios, claro.
Escrito por: Remedios Falaguera Silla
Publicado por conoze - http://www.conoze.com
Etiquetas: cristianos, Dios, Justicias, Santos, semilla, Tertuliano
publicado por Gustavo er Cura a las 3:17 p. m.
_001.gif)
5 Comentarios:
Hola, Gus.
Sólo quería saludarte y a la vista de tu post confirmar mi fe en los hombres porque son reflejo de mi fe en Dios.
Tenemos continuamente la desfachatez de muchos políticos, dirigentes, o personas a pie de calle que basan en las dudas y en la increencia todos sus quehaceres. Son personas cuyas acciones nunca tienden a llevarnos al equilibrio, sino hacia desequilibrios que respondan convenientemente ante sus particulares espectativas.
Para ser una persona sensata y asentada realmente en el mundo hay que tener la mente y el espíritu muy en forma y por encima de él.
Hola Gus, a mi me parece bien que la Iglesia Católica beatifique aquellos mártires que han muerto defendiendo sus creencias, en este caso la fe en Cristo. Pero en España, como tu seguramente recuerdas de tu estadía, este tema es algo escabroso. Sencillamente porque la Iglesia abiertamente apoyo una dictadura de derecha que también cometió estragos y asesinatos, para ejemplo las miles de fosas comunes que siguen apareciendo con fusilados inocentes que tan solo pensaban distinto, y entiendo que la ley de memoria histórica busca hacer un poco de justicia con los desmanes de la dictadura, otra cosa es que lo haga bien o mal. Es un poco irónico que España sea un país tan comprometido con los desaparecidos de las dictaduras como la Chilena o la Argentina y sin embargo todavía existan tantos desaparecidos con la Guerra Civil y la dictadura Franquista.
Insisto me parece loable que la Iglesia beatifique a estos mártires, otra cosa es si todos murieron por la fe o algunos por sus ideas políticas, como los sacerdotes vascos o catalanes que fueron fusilados y que no son mártires porque la iglesia considera que defendían ideas políticas y no su fe. En fin yo desde los años del Colegio he incluido en mis oraciones a los santos hermanos de la Salle mártires de Turón, pero a la vez sé de actuaciones de otros sacerdotes que por ejemplo negaban la comunión a una niña de 8 años porque decían que su familia era "roja", en fin ya me dirás que culpa tiene una niña.
Como dije el tema es muy complicado y tristemente mucha gente de derechas ha hecho de la celebración una reivindicación política, lo cual no ayuda a la imagen de la Iglesia, que debe añadir a su lista de disculpas el apoyo a esa dictadura.
Un fuerte abrazo
Aún hoy día me parece insólito quienes no pueden separar a Jesucristo y su obra de las obras de sus falsos seguidores; me parece igual que haber condenado a cadena perpetua a la Madre Teresa de Calcuta, porque un fanático hubiese asesinado a alguien en su nombre...
Saludos, amigo.
Mi querido amigo, FELIZ AÑO 2008!!! y que este sea un año lleno de salud, paz, reconcilición, hermandad, alegría y felicidad; con grandes dosis de FE, ESPERANZA Y CARIDAD.
Saludos y un gran abrazo.
te felizito el blog esta muy bueno...
date una vuelta por el mio http://www.skynet11.com y si qeres agregarme un link en tu blog :P
Publicar un comentario
<< Regresar