Como el Cangrejo

Si nos imaginamos que la vida es una obra de teatro, y "jugamos" a actuar, nos daremos cuenta de lo que todos queremos es, estar delante para que nos vean y aplaudan.

Cuando nacemos, nuestros padres nos dejan jugar delante de ellos, para cuidarnos. Nos gusta que nos miren y nos digan cosas, y ser los más queridos.

A medida que crecemos, vienen otros hermanos más pequeños, y aprendemos a dar un paso atrás, para que ellos pasen delante. Cuando somos padres, no solo ponemos nuestros hijos delante, sino que abrimos los brazos para cuidarlos, y sin darnos cuenta abrimos de a poco nuestro corazón.

A medida que nuestro pecho se parte, damos pasos cada vez más atrás, y comenzamos a soplarles letra, por las dudas quieran escuchar, a los de adelante, para ayudarlos a crecer sin sufrir tanto.

Y como el cangrejo, nos damos cuenta que adelante es atrás, y que donde debemos ir es hacia la espalda.

Es entonces que, soplando y abrazando y ya cansados y sin darnos cuenta, desde atrás EL TELON se hace nube blanca y nos dice: vení que ahora te abrazo YO.

Abrazados por EL, nos entregamos y fundimos en EL. Recién entonces comprendemos que SOMOS EL, ya que TODO ES EL. La palabra EScencia es la que dice más simplemente EL QUE ES.

La obra en cuestión que jugamos se llamaba "La vida es para aprender a AMAR" nada más.

Como el Cangrejo no fue una "imaginación" sino una VIVENCIA que así como así, simplemente "me ocurrió", luego de estar en meditación, a lo que yo llamo "respirando". Incluso me faltó contar que una ves fundido en EL, sabía y "sentía" (aún al estar sin cuerpo SIENDO nube en EL), que podía nuevamente "aparecer" en escena (salirme del blanco telón), en el momento y en la obra que yo desease (en el espacio y en el tiempo), ya que mi identidad y libertad, nunca la perdí.